
Idiomas como el guaraní, el wichi, el mapuche, el toba, el mocoví, el chorote, el aymara o el quechua están ausentes en las aulas argentinas, e incluso muchas veces si se los oye nombrar en boca de un alumno éste puede ser víctima de burlas. Una situación que reproduce las relaciones que se dan fuera del colegio y que puede desalentar el desarrollo de su identidad al acomodarse a la cultura escolar.
Del mismo modo, los conocimientos de la naturaleza, la medicina, la astronomía, la arquitectura y el arte de esos pueblos, así como sus costumbres ancestrales, son sistemáticamente ignorados por los contenidos de las clases.