lunes, 15 de marzo de 2010

CAINGANG DE LA MESOPOTAMIA ARGENTINA

- Hábitat: interior y lado oriental de toda la mesopotamia.- Economía: eran fundamentalmente recolectores (miel, piñas de araucaria, tubérculos, frutos, etc). También se dedicaban a la pesca.- Vestimenta: llevaban un delantal pequeño, de cuero en los hombres y de fibra de ortigas en las mujeres.- Vivienda: simple paravientos, a veces unidos de a dos en forma de una choza a dos aguas, sin paredes.- Organización social: en la sociedad actual, las tribus se suelen subdividir en dos mitades con descendencia patriarcal. Las tribus se componían de una veintena de familias, dirigidas por caciques que a la vez ejercen funciones de hechiceros. Se usaba la yerba mate y el tabaco en polvo (los caciques- hechiceros) para entrar en trance mágico.- Religión: creían en un dios bueno: Topen y en un ser maligno: Det Korenk. Creían que los animales de caza tenían espíritus que los dominaban y protegían, permitiendo su caza para la alimentación, pero castigando su abuso.- Rituales funerarios: enterraban a sus muertos en pequeños cementerios comunes, en fosas recubiertas de un montón de tierra en pequeño túmulo; el cadáver se disponía en forma alargada, con ofrenda de armas y una calabaza para que beban.

Los Tehuelches, patagones o "chon".-

Hábitat: sur de la Patagonia.- Economía: eran cazadores nómades, especializados en la caza del guanaco y del avestruz. Debemos destacar dos culturas: una antigua, ni influenciada por el hombre blanco y otra aculturación posterior debida a la introducción del cabaño, después del 1700. En su primitiva economía también se realizaba la recolección de raíces comestibles, que eran secadas para conservarlas o comerlas crudas o asadas. En las costas recogían mariscos y pescaban, consumiendo el pescado asado.Luego de la aculturación la economía sigue siendo la misma, pero se incorpora el "charqui" molido y las bebidas con jugos de plantas no fermentadas.- Energía: el fuego se obtenía por giración. Se usa la cocción con piedras calientes, introducidas en la cavidad visceral de la presa; posteriormente se utilizaban hornos subterráneos.- Vivienda: era la mampara de cuero y el toldo, subdividido en dos compartimentos, uno para los varones y otro para las mujeres y niños.- Vestimenta: era el manto de pieles, pintado y usado con el pelo hacia el interior; usaban mocasín, vincha.- Organización Social: consistía en bandas compuestas por varias docenas de familias, las cuales eran polígamas en la medida de las riquezas de los individuos, pues el matrimonio se efectuaba por compra. Las bandas tenían caciques hereditarios y cada uno disponía de un territorio propio, en el cual migraban estacionalmente.- Religión: poseían un dios supremo llamado Setebos o Kóoch; existía un espíritu del mal.El es un héroe civilizador. Otros dioses representaban al sol, la luna, las nubes, etc.Después de la culturización del caballo, la vivienda cambia; consiste en un toldo grande, sostenido por palos de tamaño decreciente hacia atrás y cerrada por delante con una cortina de cuero; su interior estaba subdividido con mamparas de cuero. La vestimenta sufre también modificaciones: se usaba un sombrero cónico achatado, se introdujo el poncho y la bota de potro y una túnica de cuero o de lana, hasta las rodillas. El caballo se utilizaba como animal de silla y carga.La familia y la religión siguen con las formas anteriores.

Panorama Formoseño



Los problemas surgidos con el proceso destructivo de colonización que los aborígenes sufrieron y tienen que sufrir hoy en día son muy variados.
La fuente de caza y recolección tradicional, el monte, se ha depredado, por lo cual resulta imposible asegurar el sustento diario basándose exclusivamente en las actividades tradicionales conocidas.
La continua confrontación con los no indígenas, sobre todo a través de la escuela, ha destruido en gran parte las formas de vida tradicionales, con ciertos grados de diferencia.
De este proceso destructivo, cuyo desarrollo no ha concluido aún, han surgido nuevos problemas, cuya solución intentan hallar los recolectores y cazadores, basándose en la recuperación de sus valores culturales y en el reconocimiento por parte de las autoridades de ciertos derechos, hasta hace pocos años impensados.
Wichis, pilagás y tobas han estado y están en Formosa. Casi noventa comunidades resumen toda una historia que aún no ha sido contada y que sigue esperando su t¡empo. Mientras tanto poco a poco y de acuerdo con la situación de cada comunidad y con sus relaciones con el blanco, el aborigen va transformándose e incorporando el otro mundo al suyo propio.

Primero hubo que asumir los aspectos legales planteados y después llegó la Ley Integral del Aborigen, un planteo reivindicatorio y un permanente recordatorio al hombre blanco de que el aborigen existe y que es diferente. Más tarde fue la educación y en muchas comunidades el mejoramiento de servicios.El Instituto de Comunidades Aborígenes que es dirigido por un presidente y por los directores de etnias, quienes son elegidos por sus pares, atiende la problemática relativa a cuestiones sanitarias, de bienestar social, productivas, artesanales y muchas más.

La voz y e! trabajo del aborigen se hicieron sentir siempre. Desde el cultivo en la chacra, el manejo de las redes de pesca, la dura jornada del aserradero y en la tarea silenciosa de los artesanos, ellos han colaborado siempre con su sistema tradicional de economía que indica que no han dejado de ser un pueblo cazador-recolector.
Los aborígenes no han perdido la voz de sus mayores pero ahora saben que el conocimiento es lo que da autoridad. Es probable que ya no invoquen a sus antiguos dioses para renovar sus fuerzas, pero no pueden dejar de pensar que en algún momento llegará Lasagué, el viento de agosto, que como siempre sacudirá las plantas y a los hombres avisándoles que se preparen para el nuevo tiempo de la primavera.
Cuando los códigos y el idioma son comunes la cultura se expande con más facilidad y rápidamente caracteriza a todo un pueblo, pero cuando no es así surgen los fracasos propios de la falta de entendimiento entre los hombres.
En la década de los años 70 nacieron en la provincia las primeras experiencias de enseñanza de la modalidad aborigen, a raíz de las necesidades de comunicación de algunos maestros y ante las dificultades que mostraba la mayoría de los niños aborígenes escolares en las escuelas comunes. Esas prácticas fueron institucionalizadas por el Estado provincial en la década del 80 dentro de un régimen especial, mediante un proyecto de reforma de la currícula escolar por el cual se comenzó a formar a auxiliares aborígenes y se trabajó con firmeza en la capacitación de los docentes.

Actualmente casi ochenta escuelas atienden las pautas culturales de las etnias que corresponden en cada uno de los casos. En ellas los maestros formoseños siguen enseñando y también aprendiendo con sus alumnos.
El crecimiento llegó en 1985 con la apertura de cuatro Centros Educativos de Nivel Medio ubicados en Formosa, El Potrillo, Ingeniero juárez y General Mosconi, a los que se imprimió una respuesta diferente según las necesidades de cada comunidad y a la vez se ofrecieron propuestas a una juventud que necesitaba ser atendida con justeza, en un trato igualitario para poder asumir juntos el rescate y la defensa de valores que nunca se deben perder.
Posteriormente se inauguró en Ingeniero Juárez un Instituto de Nivel Superior para preparar a profesores para la enseñanza primaria de la modalidad, toda una realidad muy esperada por los Wichis, los Pilagás y los Tobas.

lunes, 1 de marzo de 2010







ABORIGENES ARGENTINOS
Antes de la llegada de los españoles, en nuestro país habitaban grupos indígenas llamados aborígenes. La forma de vida de los diferentes grupos dependió de la zona en que vivían y de la influencia de otras tribus americanas que vivían cerca de ellos. Los aborígenes del noroeste argentino se vieron influidos por la cultura incaica del Perú. Los grupos de la patagonia recibieron nuevas costumbres de los indígenas chilenos, los araucanos. En la época de la colonia, los indios eran libres. A pesar de ellos fueron obligados a trabajar para los españoles y muchos fueron exterminados. En la actualidad existen todavía grupos aborígenes que conservan su lengua, su cultura original y sus tradiciones. La gran mayoría vive en las provincias del norte del país, como los coyas, matacos y tobas. En la provincia de Río Negro subsisten grupos de araucanos y mapuches.
poemas de amor

Argentinos, como vos, como yo